Luego de varias horas de
leer en todas las redes sociales sobre el video del hijo del Molusco, aquí mis
dos centavos.
El Molusco como muchos otros es un personaje muy emblemático de los medios de Puerto Rico, lo que puede convertirlo en un personaje querido y también muy odiado entre sus fanáticos o haters. Ahora bien, en torno a su situación personal por la cual está atravesando hoy, debemos de ser muy empáticos y darle el espacio y privacidad que merece.
Se qué dirán que su personaje en el pasado no ha respetado espacios o privacidad. Pero esto no se trata de ojo por ojo, ni diente por diente. Esto es algo que dentro de su entorno familiar se debe atender y nosotros como sociedad debemos manejar y con mucha precaución y efectividad.
La manera en que socializamos hoy día no es la misma de hace 10 años atrás y ni será la misma dentro de 5 años. Este caso y muchos otros nos debe hacer reflexionar y tomar acción. Debemos tomar acción y emprender algún tipo de propaganda para orientar a nuestros niños y jóvenes sobre cómo manejar las redes y las repercusiones que pueden tener sus acciones.
Hoy me solidarizo con el Molusco y su familia. Y espero que esta lección de paso a grandes soluciones a través del poder que tienen los medios que el mismo maneja.
¡Molusco, mi pana de dos malas se
saca muchas buenas!
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